jueves, 22 de diciembre de 2011

UN SUEÑO

Es noche calurosa, es noche ardiente.
Mi cuerpo, acalorado, se revuelve
en el lecho: recuerda, sueña…
sueña los momentos de tu presencia
los revive en la infinita amargura
de tu prolongada ausencia.
Quiere, desea, te llama…
le responde un viento ardoroso
que entra furtivo por la ventana
y al cerrar los ojos,
este, mi cuerpo, esta, mi alma…
cree adivinar en ese soplo
un mensaje que tu mandas
desde tu otro lecho
y sonrio,  y alzo los brazos,
y cierro las manos,
las acerco al pecho,
pero, aquí despierto,
loca, con la mirda perdida
te busco y no te encuentro,
y unas gotas resbalan por mi mejilla.
Gotas entrelazadas de calor y de dolor
van parar a la almohada
que, sin el calor de tu cabeza,
recoge silenciosamente los sollozos
que desgarra mi atenazada garganta
y, poco a poco, con el suave
arrullo de este viento que me abrasa,
mis ojos se van cerrando
para soñar con tus ojos.

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