Aquí me tienes, hombre. Aquí estoy, inmutable,
acunando en la sombra la herencia que me entregas:
una nueva esperanza.
acunando en la sombra la herencia que me entregas:
una nueva esperanza.
Aqui me tienes, hombre, inmensa luz sonámbula,
gladiador de tus sueños…
Acércate a mi orilla,gladiador de tus sueños…
transmitiendo tu sangre de guerrero perenne
para que yo elabore, gozosamente, el fruto.
Acércate sin miedo. Te digo que no importan
tu dolor, tu cansancio…
Tu profunda hermosura se repite en el tiempo.
Yo conozco mi oficio: hilar sangre con sangre.
Te digo que no importa. Acércate a mi lecho,
deséame sin miedo, más allá de mi misma.
Siémbrame sin descanso.
Húndeme en los cabellos las llamas de tus manos.
Aquí me tienes, tuya. Tu última esperanza.
Porque yo soy la única, la eterna ciudadela,

la incorruptible mujer.
No tengas miedo…dame tu lluvia insuperable.
Al fondo de mis huesos está mi amor esperándote.
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