Con el claridad del cielo
se rompe la madrugada,
la noche se quita el velo
y con la luz del consuelo
empieza la iluminada.
Que lindo se vé el naciente
a la salida del sol,
brillando así dulcemente,
parece más reluciente
la aurora con su arrebol.
Se vé una estrella preciosa
que va caminando inquieta
penetrante y deleitosa
iluminando el planeta
con su luz esplendorosa.
Ilumina al mar y al monte
y a las nubes al pasar,
les quiere su luz brindar
y allá, por el horizonte,
Este poema no es mío, lo escribió FLORENCIO FRANCÉS LÓPEZ en su libro "LABERINTOS DE SOLEDAD"

No hay comentarios:
Publicar un comentario