martes, 11 de septiembre de 2018

SMERALDA - "AVENTURA EN AMSTERDAM" -

Aventura en Amsterdam.

Smeralda estaba trabajando en la capital Holandesa, Amsterdam. Prestaba sus servicios como camarera de piso en un hotel, tenía el turno de tarde-noche y libraba los lunes, junto con su compañera de apartamento, el cual era propiedad del Hotel.
Un lunes que salieron de marcha por la noche, y cási para despedirse porque Smeralda regresaba a su país en tres días...  iban tan tranquilas hacia un "Chiche Kebab" para cenar antes de ir a la Discoteca, cuando alguien le coge el bolso a su compañera y a Smeralda la empuja y también intenta sacarle el bolso, ella tira y el ladrón le golpea la cara, Smeralda cae al suelo y mientras su amiga se cuelga a la espalda del ladrón y consigue sacarle su bolso, Smeralda es arrastrada por el suelo mojado sin soltar su bolso, recibe un fuerte golpe en la boca....y el sinvergüenza se dá a la fuga llevándose el bolso de Smeralda.....
Como pueden, se recuperan poco a poco, y se van a la Policía inmediatamente.
Allí les toman declaración, primero a la compañera y como ella domina el Inglés, no tiene problema para declarar, pero Smeralda lo "chapurrea" pero no lo habla con la fluidez que se necesitaría para hacer una declaración, así que, le dicen, a través de su compañera,  que hasta el miércoles, por lo menos, no consiguen un traductor...al mismo tiempo les recomiendan que vayan a un médico para hacer el informe de los daños fisicos, y luego presentarlo en Kommissar  (comisaria en el idioma  Deutsche), les dan la dirección y para allá se van.
Smeralda tiene la parte izquierda del labio, partida, el resto de la cara toda raspada de arrastrar por el suelo, sucia, y diversos moratones y raspaduras por la parte izquierda de su cuerpo...
El médico las examina, su compañera cási sale ilesa, y se ván a entregar el informe a la Policía antes de ir para casa a descansar... el día libre, fastidiado.
Con la cara hinchada y el cuerpo magullado, el mismo día, a la noche, van las dos hablar con el dueño del Hotel para explicarle lo que había pasado y pedirle que permitiera a Smeralda no trabajar, dado su estado...el dueño, que, dicho sea de paso, siempre se había portado muy bién con ella, le niega la ayuda y le dice que no, que la vé en condiciones de ir a trabajar, a pesar de que ella tiene la cara como la tiene....ella se niega y le dice, a través de su compañera, que para dos dias que le quedan...a lo que el le contesta que "O trabaja o hace la maleta y abandona el departamento"...ni las explicaciones de la compañera ni las súplicas de Smeralda ablandan el corazón del hombre...se van a casa y por el camino encuentran un amigo hippie que habían conocido, le cuentan lo que pasó y entonces él le explica a Smeralda que si acude a declarar cuando la policia ya disponga del traductor,o sea, en dos días,y que, en varios meses cuando salga el juicio, la van a llamar para declarar y que allí no es como en España, que si la denunciante no comparece, se archiva el caso y no pasa nada, allí te avisan de la fecha del juicio y si no apareces, te buscan a través de la Interpool,y te detienen para llevarte a España... yo no me lo creía pero el lo siguió afirmando.
Smeralda se lo empezó a pensar y decidió no ir a declarar, total, el bolso ni el dinero iban aparecer, en tres días se iba y no quería complicarse la vida, volver, pagar el viaje....
Entonces su compañera se enfadó con ella y le dijo que como la dejaba así tirada, Smeralda le dijo que, al fin y al cabo, a ella no le habían llevado el bolso ni estaba tan magullada, simplemente con retirar la denuncia antes de que saliera el juicio estaba todo arreglado...nada, ella siguió enfadada y ya no quiso hablarle más...Cada una por su lado, se van al apartamentoy ella prepara su maleta...y aquí se dá cuenta de que hace dos días que ha cobrado su sueldo y lo ha mandado a su cuenta a España y sólo se ha quedado con muy poco dinero, dado que el billete de vuelta estaba ya pagado...o sea, no tenía para irse a un Hotel...¡¡¡Ay Diós bendito!!!...pués menudo problema...una solución sería pedirle prestado a su amiga peeero...imposible, después del mosqueo que había pillado porque Smeralda ya no pensaba declarar...cogió la maleta y su mochila y se fué a la calle, se había querido despedir de su amiga pero ni la puerta de la habitación le quiso abrir...andando sin rumbo y con la maleta a cuestas,, recordó que le habían hablado del refugio de transeuntes una vez que habían pasado por delante, así que se dirigíó al mismo a ver si podria quedarse allí, que situación tan rara, ella, que nunca había necesitado de los Servicios Sociales, es más, hasta más de una vez había dado dinero para la gente que lo necesitaba...¡Qué vueltas dá la vida, es buena verdad!...


Llegó al refugio, enseñó su D.N.I. (A Diós gracias, no lo llevaba en el bolso robado), explicó muy escuetamente lo que le había pasado y le dijeron que podría pasar allí la noche, la mujer encargada del tema, la llevó a las duchas y los servicios para enseñarle donde estaban, (estaban limpios pero eran tan viejos y desconchados que no lo parecían y las pequeñas ventanas abiertas, cualquiera se bañaba allí)  luego a la sala en donde había una gran hilera de literas y unos  grandes "bidones" como los del chapapote, con cadena y candado y le dijo que en uno de ellos podía guardar su equipaje...
Smeralda hizo lo propio, guardó allí la maleta, cerró el candado y salió a la calle, tenía hambre...y sin dinero... entonces fué cuando se acordó de otra amistad...¿Pero como no se había acordado antes de él?...con todo lo que había pasado, con el frio y el hambre, su mente no funcionaba al cién por cién...y me remonto a unos meses atrás...

A los pocos días de llegar a Amsterdám, se fijó en un camarero que hacía el turno de tarde en el Hotel, era un atractivo hombre poco más alto que ella, siempre con una sonrisa en los labios, muy atento y con el color de piel más negro que había visto jamás y de nacionalidad Egipcia, aclaro que en aquéllos años, todavía no habían llegado africanos a España, de ahí también que le picara la curiosidad y un poco de morbo... Cada vez que lo veía, lo miraba a hurtadillas y cada día le gustaba un poco más...hasta una tarde que...él le devolvió la mirada, le sonrió con  aquéllos dientes tan blancos y bién alineados, Smeralda se sonrojó y su corazón latía tanto y tan deprisa que tuvo miedo de que aquél hombre lo oyese desde donde estaba...ella también le sonrió, cuando pudo respirar, ¡Uf!...y se fué a sus quehaceres.
Poco poco se fueron conociendo, el no hablaba español, era de procedencia egipcia, cogía todos los días el tren en la Estación Central para ir a su casa en la que vivía con su anciana madre, tenía tres trabajos por horas, camarero, cocinero y repartidor en bici...en aquéllos años en Holanda no había paro, eso sí, podías tener varios curres y así se salía adelante sin dificultades....
Para entenderse, cuando estaban juntos, Smeralda llevaba su pequeño diccionario de Lengua Inglesa y a base de señas y mirar el diccionario...ella practicaba el inglés y él el español...
Pasó un tiempo, y una noche pasó lo que tenía que pasar, dado lo mucho que se gustaban, se fueron a un hotel y entre amor, risas, diccionario, dibujos en la tele de "Tom y Jerry"  (que les encantaban a los dos)...pasaron la noche y pasaron muchas más noches siempre que podían estar juntos...

Y volviendo al "presente", Smeralda no se había recordado antes de Mahmood, así se llamaba él, porque como ella se iba marchar pronto, se habían empezado a distanciar un poco...el decía que así sería menos dolorosa la separación y ella lo aceptó...pero, sin pensárselo dos veces, buscó una cabina de teléfonos y lo llamó, esperando que no estuviese ya en la cama...afortunadamente aún no se había acostado y Smeralda, con su inglés ya más fluído de practicarlo con él, le explicó lo que le estaba pasando...no tuvo que seguir dando más detalles, Mahmood quedó con ella en donde quedaban muchas veces, en  Plaza Dam, le dijo que lo esperara en la Estación Central que iba coger el tren y que en poco tiempo estarían juntos...
Así fué, cuando él llegó a la Plaza, se dirigieron rapidamente al refugio, rescataron la maleta, devolvieron la llave y dando las gracias, se fueron de aquél triste lugar.
No fueron al hotel adonde iban siempre, fueron a otro más cerca de la estación de autobuses.
Smeralda pasó esos tres días que faltaban para irse, paseando por la ciudad, a veces sola y a veces con Mahmood, trató de hablar con su compañera pero no lo consiguió...por culpa de ese ladrón despiadado, aquélla bonita amistad se había roto para siempre...


Llegó la noche anterior a su marcha para España. Antes de dormirse los dos amantes, Smeralda le dió una vez más las gracias a Mahmood y le dijo si iría con ella al bús a despedirse, el le dijo que sí, y que lo llamase cuando llegara a su destino para saber si se encontraba bién...en eso quedaron...
A la mañana siguiente, bién temprano, el reloj sonó, Smralda se despertó y vió que su compañero no estaba...pensó que iría más tarde a la estación de autobuses, pero se dió cuenta de que no sería así...encima de la mesa había un papel de fumar en el que Mahmood había escrito en Inglés: "Que lleves buén viaje, no soportaría despedirme de tí, cuídate mucho y no olvides que te quiero"
            

                                                         

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