ATARDECER DE MARZO
Atardecer de Marzo
en la mar cenicienta.
El crepúsculo, lejos,
ya no se vé, se sueña.
Atardecer de Marzo,
tú estás aquí, tan cierto
como esta dicha de ahora
que me dá tu presencia.
Dáme tu mano, inclina
sobre mi tu cabeza
y calla, no me rompas
este paisaje y esta
ternura que se alza
desde tí y que se me adentra
por el cuerpo y el alma.
Mírame, piensa y deja
todo así como está,
sin besarme siquiera:
el cielo alto y sereno
que sobre el mar se espeja,
en el aire parado
la gaviota que vuela,
y bajo nuestros piés
esta poca de tierra…
Dáme tu mano, inclina
sobre mí tu cabeza.
Todo así, como está,
sin besarme siquiera…
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